Berliner Tageblatt - Presión contra el gobierno australiano por un escándalo de espionaje

Presión contra el gobierno australiano por un escándalo de espionaje
Presión contra el gobierno australiano por un escándalo de espionaje / Foto: © AFP/Archivos

Presión contra el gobierno australiano por un escándalo de espionaje

El gobierno australiano recibía presiones el jueves para identificar a un expolítico a quien el jefe de inteligencia denunció de "traidor" que había "vendido" el país a una potencia extranjera.

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En una inusual revelación, el director general de seguridad de Australia, Mike Burgess, dijo que un equipo de agentes de un país extranjero habían reclutado a un expolítico australiano.

"Este político vendió a su país, a su partido y a excompañeros para promover los intereses del régimen extranjero", afirmó el jefe de inteligencia en un discurso el miércoles en Canberra.

Según sus afirmaciones, este político fue reclutado "hace varios años" e incluso intentó arrastrar a un familiar de un primer ministro dentro de la "órbita de los espías".

Burgess no identificó al supuesto "traidor" ni tampoco el país por el que trabajaba, aunque Australia, como aliado de Estados Unidos, es un objetivo apetitoso para países como Rusia y China.

El jefe de inteligencia dijo que esta unidad de inteligencia extranjera, apodada como "el equipo A", había hecho de Australia su "objetivo prioritario".

Durante años habrían reclutado a académicos, políticos y empresarios a quienes ofrecían dinero a cambio de "información privilegiada" sobre política, economía y defensa.

Estas revelaciones despertaron especulaciones en los medios sobre las identidades de las personas reclutadas y presión de la oposición para identificarlas.

"El problema es que si no indica el nombre, hay una nube que se cierne sobre todos", dijo el líder de la oposición conservadora Peter Dutton a la radio 2GB.

Es "inconcebible" que este político pueda "pasear en el atardecer sin que se revele su nombre o su reputación", protestó el exresponsable del Tesoro conservador, Joe Hockey.

El ministro de Defensa, Richard Marles, dijo que no conocía el nombre del presunto "traidor" y respaldó a la agencia de inteligencia por mantener "la confidencialidad de los hechos".

En su discurso, Burgess explicó que su objetivo al desvelar estos hechos era demostrar al país extranjero que "habían descubierto su tapadera".

C.Meier--BTB